La cabecera de la cama ya no cumple caprichos del diseño, tiene personalidad propia y prefiere ser parte de un escenario individualista; un ambiente en el que el usuario decida qué es lo que debe proyectar.
Notamos que aquéllas que eran de líneas puras y gráciles ya no están a la vista; hoy son –como la mayoría de los muebles actuales– más libres y con menos ataduras. Curvilíneas, capitoneadas, rollizas y de gran carácter.
Durante la imm-cologne, supimos así que ésta era la tendencia y la confirmamos con estos modelos, pero a ello se suma, como antes ya habíamos mencionado, la doble con el uso de box spring y abultados colchones que prometen un descanso totalmente reparador.
Para quienes aún recuerdan las camas con bases anches y bajas, y colchones apenas sobresalientes deben saber que van de salida.