Llegado febrero no puede menos que inspirarnos amor, amor a los muebles, sobre todo aquellos que son para compartir.
¿Qué te parece si hoy le echamos ojo a la historia del loveseat?
No hay mejor pieza del mobiliario que exprese el amor que un asiento doble, concebido para compartir, el cual con el paso del tiempo incluso adquirió tonos eróticos.
Hoy en día los encontramos de diversos formatos, o con distintos nombres por sus formas como chaise longe, canapé o sofás, pero la esencia del loveseat es precisamente acomodar a una pareja en el entorno del salón.
Settees
En la historia colonial americana, éstos se remontan a 1770. Ellos eran distintos porque fueron construidos con un brazo desplazado y patas cuadradas.
1800
Loveseats en la década de 1800 tomó forma con un brazo adicional. La artesanía en madera a lo largo de la base también se hizo más elegante e intrincado.
Boudoir
El sofá de dos plazas boudoir comúnmente cuenta con una falda que cubre la base y el respaldo se diséñó como el de una silla.
A finales del siglo 20
A finales del siglo 20, esta pieza transita de la estética antigua a un aspecto mucho más funcional, adaptándose tanto a las nuevas relaciones de pareja como a los ambientes domésticos más pragmáticos.
Hoy son menos románticos, porque su diseño se ha inclinado más al descanso, por ejemplo en el caso de las camas de día; de igual modo su tamaño es muy útil para departamentos pequeños, y no tanto para copartir con la pareja.
Sus formas y materiales son tan diversos como los anelos de los consumidores e incluso los encontramos para ocupar espacios exteriores con materiales resistentes a la intemperie.
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