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26.3.12

>>Compatibilidad de muebles para niños y adultos



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Los muebles comprados para los niños no han de ser simples reproducciones a escala reducida de los utilizados por adultos. Eso podría funcionar en un “mundo en miniatura”, donde todo estuviera reducido a la misma escala.

Sin embargo, los niños tienen que interactuar constantemente con otros muebles y elementos más grandes, que a priori pueden resultar incompatibles con muebles reducidos.
El ejemplo más claro es el de una silla de altura más baja para que los pies del niño puedan
apoyarse completamente en el suelo mientras se está sentado (como las sillas escolares): esta silla es incompatible con una mesa de tamaño normal para adultos, que quedaría demasiado alta para que el niño la alcance de forma cómoda.

Este tipo de situaciones se suelen enmendar con soluciones artificiales como poner cojines sobre el asiento para elevar su altura, con lo cual de nada serviría la adaptación de altura original, además de los inconvenientes de este tipo de arreglos desde el punto de vista del confort y la seguridad.
La solución a estos problemas implica un diseño bien planteado del mueble. Por ejemplo, una
silla cuyo asiento está a una altura adecuada para que el niño alcance una mesa normal, pero con imageque se puedan apoyar los pies (en sillas no
preparadas para este fin los niños suelen apoyar los pies en los travesaños, pero no es una solución conveniente si el diseño no está pensado para ello).
En el uso normal de los muebles pueden encontrarse otros problemas de este tipo. Por eso, cuando vaya a comprar mobiliario para niños, no piense en los muebles como  elementos individuales: considere siempre cómo van a interactuar con otros muebles y qué dificultades pueden surgir en ese uso. Si puede ser, lo ideal es que al probarlos se haga en una situación que reproduzca su uso en un contexto habitual.