En la mayoría de actividades en las que se usa el mobiliario de comedor las personas
están sentadas, por lo que la silla es uno de los muebles básicos de este espacio. Por esta
razón, y dado que un mal asiento es una causa fundamental de incomodidad a corto plazo, e
incluso de molestias musculoesqueléticas a largo plazo, es importante que el diseño de las sillas sea el adecuado.
Como una silla de comedor suele utilizarse para sentarse frente a la mesa, en ella se adopta normalmente una postura anterior media (erguido, aunque ligeramente echado hacia delante, apoyándose con los brazos en la mesa). Por lo demás, el tipo de actividades a realizar sentado en una silla de comedor son muy variadas, al igual que los usuarios que se sentarán en ella (hombres, mujeres, niños, personas mayores, de distinta complexión, talla, etc.).
Cómo escoger una silla confortable
Para escoger una silla de comedor, es necesario tanto observar como probar la silla, con el fin de comprobar que es adecuada a sus necesidades. Las comprobaciones que se pueden realizar son las diez siguientes:
1
Siéntese en la silla, y con la espalda completamente apoyada en el respaldo compruebe que la altura del asiento es adecuada. Para ello, al sentarse, los pies han de estar bien apoyados en el suelo, y entre el borde delantero del asiento y la parte trasera de la rodilla ha de caber un lápiz o un dedo de una mano, pero no más de cuatro dedos juntos. En general son preferibles las sillas algo pequeñas a las muy grandes, por la gran incomodidad que supone estar con los pies colgando, incluso en lapsos de tiempo corto. Pero si son demasiado bajas puede ser difícil levantarse, sobre todo para personas con necesidades especiales, como personas mayores. En el caso de que sea una silla para que la use un niño, debería comprar una silla alta que le permita llegar a la mesa sin esforzarse.
No es conveniente aumentar la altura de la silla con libros, cojines u otros elementos, dado que pueden ser inseguros, y no proporcionan apoyo para los pies del niño, que quedarán colgando en el aire.
2
En la misma posición compruebe que las dimensiones del asiento son adecuadas. Para ello ha de ser posible sentarse apoyándose plenamente en el respaldo, estando prácticamente todo el muslo de las dos piernas apoyado en el asiento, sin que sobresalga hacia delante o los lados.
3
Si el asiento no es acolchado, compruebe que no tiene formas acusadas ni relieves marcados; la parte posterior (asiento) puede estar ligeramente hundida (unos 3 cm), y
la parte frontal debe estar curvada hacia abajo para que no se clave en la parte posterior de la rodilla (corva). Si el asiento es acolchado, compruebe que el relleno es firme, no deformable, y también fácil de limpiar.
4
La silla ha de tener respaldo, y éste ha de ser prácticamente vertical y tener la forma y
dimensión adecuadas. Compruebe que mientras está sentado en posición erguida pero relajada, nota un apoyo completo de la espalda, sin tener que forzar la postura. No se ha de notar el relieve del respaldo.
5
En los cuatro dedos por encima del asiento puede haber un hueco en el respaldo para alojar la parte posterior de las nalgas; pero si el respaldo llega hasta el asiento, es recomendable que tenga una concavidad para el mismo fin.
6
Especialmente importante es el apoyo en la zona lumbar, que cae un palmo por encima del asiento. Compruebe que en esa zona el respaldo presta apoyo completo y cómodo.