Las líneas francas del minimalismo pierden terreno, el escritorio se renueva y tenemos así nuevas piezas para el espacio de trabajo ya sea en casa o en la oficina.
La sinuosidad emerge con elegancia y buen gusto. El escritorio ahora puede ser más sensual y atractivo por su voluptuosidad y presencia.
Ebanistería, detalle y trabajo hecho a mano dan personalidad a la mesa de trabajo.
El secreter, por el contrario, cambia su figura por una concepción más lineal.
El escritorio también toma la personalidad simple de un mueble hecho a mano.
Anguloso y escultural.
Con una sección de almacenaje muy peculiar, rejillas metálicas le cubren.
Orgánico y escultural, adiós a la frialdad de las líneas recatas.
La madera al natural, como hemos visto en las tendencias generales, tiene predominio, dejando ver sus vetas.