Caso de estudio Arper | Photo credits: Mikkel Rahr Mortensen, Gitte Kjær
La casa se ubica en Dinamarca, un recinto íntimo, diseñado por Mette y Martin Wienberg; donde la luz, el material y el volumen son concebidos con rigor. El diseño es simple y abstracto, las líneas de hormigón y acero, sellados con el signo de calidez de la madera; suavizado el entorno con cuero y piel, cortinas blancas, grandes ventanales y una iluminación suave.
El resultado es una sensación de intimidad, una “cálida cueva”, hermosa, funcional y acogedora, en el que cada miembro de la familia puede encontrar su propio espacio. Es modesto y simple, en armonía con la tradición. "Si tiene habitaciones tranquilas, las vistas al jardín un aspecto casi como pinturas", dice Mette.
Este retrato de la rico minimalismo requirió de un mobiliario muy particular. Las sillas serían casi la única pieza, misma que se habría de repetir en diferentes contextos, en toda la casa. Debía entonces coexistir pacíficamente con el diseño, mientras que servía a las diversas necesidades de la familia.
Catifa, de Arper, eran las sillas perfectas. Elegante, limpia y flexible, donde se funden la madera, el hormigón, el cuero y el paisaje, fusionándose totalmente a la casa.